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El espíritu de la navidad vuelve al Belén de Renuncio un año más, y con este ya son más de 20 de forma ininterrumpida. Este es el que hace posible que, con unas cortezas de árbol, un poco de musgo y algo de escayola, se consiga un elaborado y detallado paisaje inspirado en el pueblo de Belén de hace más de 2000 años. Como siempre el Belén se extiende a través de los 55 metros cuadrados de superficie, cuenta con 200 figuras y aproximadamente 20 edificaciones de estilo hebreo tradicional. El Belén de Renuncio a través de todos estos años ha creado una personalidad y un saber hacer inconfundible, y ello le ha valido para que sea una cita obligatoria de todos los burgaleses durante las navidades. Para aquellos que todos los años se acercan al belén, siempre tienen novedades que descubrir, en esta ocasión podrán encontrar: nuevas cuevas realizadas en madera (sello identidad del Belén de Renuncio), nuevas casas, y nuevas edificaciones egipcias, entre otras cosas.

En 2001, el Belén de Renuncio comenzaba su humilde andadura, instalado en la iglesia del pueblo, y con apenas 5 metros cuadrados. 20 años después, en 2021, el Belén de Renuncio cuenta con 55 metros cuadrados y es la edición que cuenta con mas novedades de su historia. En esta ocasión se ha querido potenciar todos los elementos que durante estos 20 años, lo han convertido en una cita obligatoria durante las Navidades. Pero estas novedades no solo se quedan dentro del local del Belén, si no que también se pueden ver en la decoración del exterior. Esta está inspirada en la casa de Papá Noel, en Laponia, y ha recibido importantes mejoras, destacando la nueva iluminación navideña, que este año alcanza los 18.000 leds.

En un año tan especial y complicado, el Belén de Renuncio no quería faltar una vez mas, a su tradicional cita con la magia de la navidad. En esta ocasión se ha decidido ambientar también el exterior del local, para que ya desde el primer segundo, el visitante se sumerja en el mundo de la navidad, a través de los sentidos de la vista, oído y olfato. Para ello, e inspirados en la casa de Papa Noel en la Laponia finlandesa, se ha decorado el exterior con maderas, árboles y miles de pequeñas bombillas LED. Todo ello cubierto bajo una blanca capa de nieve. Cuidando como siempre hasta el último detalle, para que los visitantes se sientan como si estuvieran en tierras aún mas frías y nivosas que las de Burgos.

Con sus 19 años de historia, el belén de Renuncio se ha convertido ya en una visita obligada en las navidades de mucha gente. Y es que el realismo que desprenden sus paisajes, son una característica inconfundible del belén, debido a que te transportan rápidamente a la época del nacimiento de Jesús . Las novedades en esta ocasión se centran en nuevas casas para conseguir un pueblo con más calles y rincones, y la representación de la avenida de las esfinges de Egipto. Como en las últimas ediciones el belén se extiende sobre 55 metros cuadrados, y están representados 3 emplazamientos: Belén, la huida a Egipto, y Egipto.